Arquitectura flexible pdf
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Renis es un joven arquitecto, diseñador y profesor residente en Albania. A lo largo de los años se ha interesado por la arquitectura utópica, las soluciones de diseño flexible y las teorías de condensación social. En su carrera profesional, Renis ha diseñado espacios interactivos que ofrecen a los usuarios nuevas posibilidades de uso del espacio y una zona de trabajo/exposición/auditorio para que expresen sus ideas.
Este proyecto/idea parte de un análisis realizado sobre la arquitectura parasitaria que se produjo en Tirana en los años 90. El objetivo es crear un nuevo estilo de edificio basado en lo que sucedió antes y tratando de entender lo que podría suceder. El resultado se acomodará a un cambio muy necesario, no creará situaciones caóticas sino que vivirá en armonía con el entorno.
Los edificios de la ciudad cambiaron y pasaron por un proceso similar al de las teorías producidas por movimientos como el Metabolismo. La forma y la función no son fijas. La superposición de las capas del programa y las actividades flexibles que se pueden encontrar en las teorías del Condensador Social. El resultado es un edificio híbrido en cuanto a tipología y función.
Arquitectura flexible que responde al cambio pdf
¡Árboles Árboles Árboles! Concurso de diseño04 de noviembre de 2019goDesignClass.comComo sabrás, las cosas no van demasiado bien para la madre tierra. Con retos como la deforestación, los incendios, la contaminación e incluso el metano de las vacas, nos enfrentamos a una ardua batalla contra el cambio climático.
Uno de los métodos más sencillos, y posiblemente más eficaces, para revertir los daños es plantar árboles, miles de millones de ellos. Según la respetada revista Science, “la restauración de tierras boscosas a escala mundial podría ayudar a capturar el carbono atmosférico y mitigar el cambio climático”.
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“El “modo pandemia” ya no será un “lujo” opcional a tener en cuenta durante el proceso de diseño, sino que será una forma obligatoria de pensar en cómo el hospital puede convertirse rápidamente, tanto física como operativamente”.
Los hospitales de todo el mundo ya han superado pandemias. En la última década, el diseño de los hospitales se ha basado en las lecciones aprendidas con el SARS, el MERS y el H1N1, y nuestros hospitales nunca han estado mejor equipados para tratar a la gente. ¿Hay realmente algo más que podamos hacer?
Si bien la agudeza de la capacidad hospitalaria ha sido visible para todos los que han leído o visto las noticias, un impacto igualmente crítico se ha ocultado entre bastidores. Como los hospitales han respondido a los problemas de capacidad convirtiendo todo el espacio disponible en atención a los pacientes, las zonas para el personal se han reducido a un mínimo absoluto, agravado por la necesidad de acomodar los complicados procedimientos para vestirse/bajarse y evitar la contaminación cruzada.
Entonces, ¿la respuesta es aumentar el número de camas de la UCI? ¿Añadir más sistemas de ventilación especializados? ¿Aumentar la capacidad de las áreas de personal? Aunque todo esto parece muy deseable hoy en día, nos encierra en la suposición de que la próxima crisis sanitaria seguirá el mismo patrón. La confianza ante la incertidumbre es siempre una estrategia arriesgada.
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Se ha hablado y escrito mucho sobre los numerosos cambios potenciales en el entorno construido como consecuencia de la pandemia del Corona-19, desde las especulaciones sobre el abandono de las grandes oficinas de la ciudad como consecuencia del trabajo desde casa, hasta una nueva comprensión de la importancia de los espacios públicos para el fortalecimiento de los vínculos comunitarios. Sin embargo, uno de los avances más evidentes que se han producido en el último año y medio es un renovado interés por el diseño flexible y adaptable.
Aunque no se trata de conceptos nuevos, la incertidumbre y la posibilidad de que vuelvan a producirse cambios repentinos en el futuro han llevado a muchos diseñadores y a sus clientes a conceder una importancia renovada a la capacidad de modificar los edificios y los espacios, ya sea para adaptarse a los cambios de uso cotidianos o para ajustarse rápidamente a la evolución de la demanda del mercado de tipologías específicas.
El diseño flexible no es, por supuesto, un concepto nuevo. En el siglo XX, este enfoque adquirió notoriedad durante el movimiento modernista con el concepto de “máquina de vivir” y se consideró especialmente como un recurso importante para la vivienda social de masas como resultado de la escasez de viviendas de la posguerra. Tras la disolución del CIAM en 1959, el movimiento Metabolista japonés recogió el testigo y propuso que los edificios y los diseños urbanos comparten las mismas capacidades que los organismos vivos, como crecer, reproducirse y transformarse en respuesta a su entorno. La visión de los metabolistas se basaba en su creencia en el bien social y en que las ciudades debían adaptarse a las necesidades de la sociedad, en lugar de limitarlas. Más tarde, en la década de 1980, el arquitecto holandés John Habraken abogó por el “enfoque de construcción abierta”, basado en la comprensión de que tanto la estabilidad como el cambio son realidades en el entorno construido contemporáneo.